Tánger, la ciudad blanca

Tánger, ciudad blanca, se encuentra en una posición estratégica, por eso siempre ha sido objeto de disputas internacionales sobre su control, y es el puerto más grande de Marruecos.

Tánger cuenta con una historia muy antigua, habiendo conocido diversas dominaciones: fenicia, cartaginesa, romana, bizantina, árabe, española. Acogió diferentes civilizaciones y culturas que hoy la hacen única y muy cosmopolita.

Desde 1923 hasta 1956 fui “ciudad internacional”, o sea, política y militarmente neutral, lo que contribuyó a su considerable desarrollo económico.

Entre las plazas y barrios de la ciudad blanca

La medina de Tánger es un laberinto con infinidad de calles y callejuelas estrechas y muy artísticas, y es la zona más visitada de la ciudad.
En su interior hay una zona fortificada llamada la Kasbah, que alberga el palacio Dar el-Makhzen, que en su día alojó a sultanes y más tarde a colonizadores europeos. Aquí se encuentra el Museo de Arte Moderno Marroquí.

La plaza del Zoco Grande es el núcleo de la ciudad, un lugar pintoresco que acoge el mercado permanente más animado de Marruecos.

En la plaza del Zoco chico se encuentra la Mezquita Mayor, que fue originalmente un templo romano, transformado después en catedral y finalmente en mezquita.

La plaza de Francia es el alma colonial de la ciudad, donde se encuentran lujosos cafés-hoteles y pequeñas tiendas.
Mientras la parte sureste de la Medina alberga el Museo de la Legación Americana, reliquia de la época de la «ciudad internacional».

Las maravillosas playas de Tánger

Tánger beach es una de las favoritas de los lugareños, está muy cerca del centro de la ciudad, y en los numerosos cafés que hay frente al mar se puede hacer una pausa y disfrutar de una bebida refrescante.

La playa de Dalia tiene un kilómetro de largo, está rodeada de naturaleza y se caracteriza por su arena blanquísima.

Pero si prefieres quedarte cerca del puerto, la pequeña playa de Mekala es perfecta para ti.

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